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Relato Travesti Unas horas con Viviany Paris


RELATO TRAVESTI ESPAÑA: Unas horas con Viviany Paris

Autor: badmotor2008


Mi segunda cita con Viviany Paris fue muy distinta a como suelen darse mis encuentros. En ella, rompí alguno de mis esquemas. Y debo decir que me encantó que esto ocurriera con Viviany. ¿Qué cambió esta vez? Entre otras cosas, la hora de la cita y la duración de la misma. Por todo ello, intuyo que este relato describirá más sensaciones que hechos. Lo intentaré, aunque me temo que será imposible recordarlos todos.

Pongámonos en situación. Lo que aquí contaré ocurrió hace seis meses, en la primera visita de Viviany a Mallorca. Nos hemos vuelto a ver en su reciente visita a la isla pero eso es otra historia. Este relato va antes. De hecho, lo tenía medio escrito a falta de rematarlo.

Segundo sábado del año. Conocí a Viviany el fin de semana anterior, concretamente seis días antes. Si habéis leído el relato “En manos de Viviany Paris”, ya sabéis que me dejó impresionado. Para este segundo encuentro, mi primera intención era quedar con ella el domingo, su penúltimo día en Mallorca. Quería despedirme de ella. Sin embargo, los planes cambiaron. La noche del sábado me encontraba de marcha y, por unas cosas u otras, acabé en su piso de madrugada, algo que no hago nunca. Si la reacción de Viviany no hubiera sido tan favorable a vernos en aquel momento, habría esperado al día siguiente. Por tanto, norma que me salto. Al encontrarme animado por las copas que llevaba encima, preferí dejar abierto el tiempo que pasaríamos juntos. Me apetecía disfrutar de Viviany con calma. “Quiero estar unas horas contigo”… le dije. Y a ella le encantó mi proposición. Otra norma que me salto.

Llego a su piso. Me recibe con un conjunto de lencería con ligueros. Uno de esos que tan bien luce en sus fotos de estudio. Viviany es fotogénica y lo sabe. En fotos está preciosa. Ahora bien, en persona se sale. A su espectacular físico hay que sumarle su personalidad. Su excepcional trato, su voz, su manera de hablar. Toda ella es un arma de seducción. En mis dos primeras citas con ella he sentido lo mismo. Viviany es un huracán que me arrastra.

Sin menospreciar sus bonitos ojos, la boca es lo mejor de Viviany. Grande, labios carnosos, dientes perfectos. Además, le encanta usarla. Gran parte de la primera hora la dedicamos a besarnos en la cama. Sentir el roce de sus labios es una maravilla. Especialmente, sus labios inferiores. Solo por disfrutar de sus besos, vale la pena quedar con Viviany. Pasión y desenfreno al besar. Cuando envuelve mis labios con los suyos, me olvido de todo. Nos besamos, nos mordemos, jugamos con nuestras lenguas. Entramos en calor. Viviany ofrece sus pechos, liberándolos del sostén. Me encantan sus tetas. Por como son y por lo que ocurre cuando se las comes. Empiezo a saborear su pezón derecho. Reparto saliva con mi lengua. Lo introduzco en mi boca y juego con mis dientes. Sin apretar mucho, los muerdo. Viviany reacciona gimiendo. Baja sus manos, se la saca por un lado y comienza a tocarse. Lamo el pezón izquierdo y, mientras tanto, impregno mis dedos en saliva y juego con el derecho. “Tienes los pezones duritos. Me encanta”… le digo. Beso su cuello. Vuelvo a besar sus labios. Junto mi polla y la suya. Quiero sentir el contacto de sus manos y su polla al mismo tiempo. Las coge y las frota entre sus manos. “A que quieres comerme”… dice clavándome su mirada en los ojos. “Por supuesto”… respondo. Hace rato que la tiene dura. Su polla es preciosa. Recta y de sección constante. Bajo mi cabeza y la introduzco en mi boca. “Qué rica”… digo mientras mamo. La disfruto unos instantes a mi aire. Las manos de Viviany enseguida rodean mi cabeza. Sé lo que quiere. Dirigir la mamada. “Abre bien la boca”… me dice. Empuja hasta el fondo. Lleva la punta hasta mi garganta y sacude repetidas veces. Emito sonidos al ritmo que marca su follada. Quiero tomar aire. Intento irme hacia atrás pero no puedo. Viviany no me deja. “Así, así, abre la boquita”… escucho. En el fondo, me pone verme así. Tras comerle las tetas otra vez, me tumba boca arriba y se sube encima de mí. Junta sus labios con los míos y me hace abrir la boca. Los separa y escupe dentro, dejando caer su saliva. Saboreo y trago. Esto me pone muchísimo. Coloca sus muslos a ambos lados de mi cabeza y me la mete. Vuelve a follarme de boca. “Glop, glop, glop, glop”… se escucha en el ambiente. Con algún problema a la hora de respirar, aguanto sus embestidas. Viviany está cada vez más cachonda.

Se oye ruido en el piso. Me pide permiso y sale un momento del cuarto. Al regresar me comenta que su amiga Dita acaba de llegar de una salida. Está en la habitación de al lado. Yo sabía que habían venido juntas a Mallorca. En ese momento, regresan a mi cabeza algunos pensamientos que había tenido durante la semana. Como si Viviany leyera mi mente, me pregunta si quiero que su amiga se una a nosotros. “¿Tú quieres?”… le digo yo. “Me encantaría”… responde. “Quiero ver como te folla Dita”… añade. Tras escuchar sus palabras, no puedo resistir la tentación de pecar con las dos. Viviany sale del cuarto y habla con Dita. Regresa y me dice que ahora viene. La situación me pone muy cachondo. Nunca había improvisado un trío y la verdad es que tiene su morbo. Cuando Dita entra en la habitación, Viviany está tumbada en la cama y yo bien amarrado a su polla. La rubia lleva un traje de rejilla que transparenta prácticamente todo. Me gusta. Se acerca hasta mí y se presenta. Nos saludamos con un beso en los labios. La conozco por el foro. Ella también sabe quien soy, por lo mismo exactamente. Arreglamos una hora con las dos, para luego continuar a solas con Viviany.

A partir de aquí, tengo ciertas lagunas en lo sucedido. La lluvia de estímulos del trío dificulta recordar todos los hechos. Fueron muchas cosas y todas buenas, aunque no recuerdo el orden exacto en el que se fueron sucediendo. Lo que no olvido son las palabras de Dita. “Hacemos buena pareja Viviany y yo. Nos compenetramos muy bien”… me dice. Eso mismo me había dicho Viviany un poco antes. “Yo soy más cañera y ella es más dulce”… añade. “Pues el otro día conmigo fue bastante cañera”… le digo. Hablando con Dita estoy entre excitado y acojonado. He leído experiencias suyas en plan dominante y son de alto voltaje. Pero estoy tan cachondo que gana el morbo de verme atrapado entre las dos. Mientras Viviany y yo nos comemos a besos, Dita se va directa a mi polla. Su mamada es realmente buena. Pone tantas ganas como Viviany. ¡¡Qué buenos son los tríos con dos trans!!… pienso para mí. Me como las tetas de Viviany mientras ella se pajea. Dita también se pajea mientras me la come. Las dos chicas la tienen bien dura. Intercambian posiciones y Dita me la enchufa en la boca. Buena polla, recta y de las que apuntan al cielo. Tiene una venita bien marcada que da mucho morbo. Por su manera de moverse, enseguida percibo que Dita es de follar duro. Mientras tanto, Viviany me pajea y pasea sus dedos por mi entrepierna.

Acabo tumbado boca arriba con las chicas de rodillas junto a mí, una a cada lado. Mamo una mientras pajeo a la otra. Paso de una polla a otra. Mucha saliva y profundidad. Viviany se acomoda en la cama y toma un papel más contemplador. Dita me pide permiso para fumarse un cigarro. Como sé que eso le pone cachonda, le digo que adelante. Mamo polla y como tetazas a Viviany. Siento que Dita se coloca tras de mí, rozando su cuerpo con el mío. Me giro y le como las tetas. Muy ricas. Me agarra del pelo y nos morreamos. Mientras tanto, pajeo a Viviany, que sigue tumbada sin dejar de mirarnos. Dita empuja mi cabeza hacia abajo y me pone otra vez a mamar. “Qué rico el culito que tienes. Me lo voy a follar”… suelta entonces. “Ponte a cuatro y cómesela a Viviany”… escucho. Parece que Dita toma el mando. Mientras lo hago, se coloca tras de mí y me come el culo. Al mismo tiempo, me masturba. Me encanta la sensación de comerle la polla a Viviany mientras siento la lengua de Dita en mi culo. “Ven. Cómemela un poco más”… me dice la rubia. Me tumbo boca arriba y ella atrapa mi cara entre sus muslos, clavándome la polla hasta la garganta. Viviany se mueve y se pone a mamármela a mí. ¡¡Cuánto juego dan los tríos!!… pienso para mí.

Dita coge un condón. Su asalto es inminente. “Ponle crema”… dice Viviany acercando el lubricante a su amiga. Dita masajea mi retaguardia con sus dedos impregnados en lubricante. Me pone a cuatro mirando hacia Viviany. Pone sus manos sobre mis nalgas, abre y penetra con firmeza. Agarra con fuerza mis caderas y me folla como si quisiera romperme. Se la mamo a Viviany mientras Dita me somete. Mis dos agujeros llenos. Me encanta. “¿Te gusta como te follo?”… escucho tras de mí. “Mucho”… respondo a la rubia. “Mira que cachonda has puesto a Viviany”… dice señalando a su amiga. Es cierto. Su cara de vicio al mirarnos y su polla apuntando al cielo no dejan lugar a dudas. En el fondo es como ver una peli porno, pero en vivo. Es decir, algo mucho mejor. Dita junta su cuerpo al mío y embiste con fuerza. Busca hacerme chillar de placer. Aguanto sus embestidas. Me giro hacia ella y nos morreamos. Le como las tetas mientras sigue dándome. Sale de mi culo y dice que nos deja. Se ha acabado su tiempo.

Me quedo a solas con Viviany. Nos tocamos. Nos besamos. Me encanta recorrer su cuerpo con mi lengua. Sus labios, su cuello, sus pechos. Y su miembro. En cuanto lo meto en mi boca, Viviany se desata. No me deja chupar. Pone sus manos en mi cabeza y empieza a follarme la boca. “Glop, glop, glop, glop”… suena de nuevo al ritmo de sus potentes sacudidas. Intento tomar aire y no me deja. Agarra con firmeza mi cabeza y sigue dándome. Su fijación con mi boca me pone. “Voy a follarte el culo”… escucho. Me encanta Viviany en plan mandona. “Túmbate boca abajo y ponte un poco de lado”… me dice. Parece que esta postura le gusta. Así me penetró por primera vez una semana antes. Se pone el condón y la miro. Me encanta ese momento. Me excita saber que va a poseerme. Lubrica su polla y aproxima su cuerpo. Con gran maestría, me la clava de golpe. Estoy tragón. Bombea y siento el roce de su cuerpo en mi espalda. Noto sus pezones acariciándome. Giro mi cabeza y nos besamos. Muerdo sus labios. Me folla más fuerte.

Sin apenas darme cuenta, estoy boca abajo con mis piernas estiradas. Y Viviany encima de mí, empalándome. Coloca sus brazos a ambos lados de mi cabeza y bombea con fuerza. Aquí no puedo evitar chillar. La postura, sumisa a más no poder, me encanta. Relajo mi esfínter y encajo sus pollazos. Estoy entregado. Viviany acerca sus labios a mis oídos. Susurra cerdadas. Siento su respiración en mi nuca. Agarra mi cara con sus manos y me rompe a pollazos. Introduce sus dedos en mi boca y hace como si me follara con ellos. Siento el tacto de sus uñas en mi lengua. Me encanta verme así.

Sale y revisa que todo está en orden. “¿Cómo quieres que te folle?”… me pregunta. “De frente”… le digo. Quiero ver la expresión de su cara al follarme. Me tumbo boca arriba y coloca un cojín en mis lumbares. Viviany entra y bombea. Chupo mis dedos y juego con sus pezones. “Así, así… tócame”… escucho. Los tiene durísimos. Me ponen mucho. Sobre todo, ver su reacción al estimularlos. Pellizco y retuerzo. Ella gime. Bombea mientras me pajea. Inclina su cuerpo hacía delante y escupe en mi boca. Saboreo y trago sus fluidos. Todo placer con Viviany.

Sale de mí y nos damos un respiro. Nos palpamos. Nos besamos. Nos regalamos un rato de sexo oral del bueno. Alucino con su mamada. Profunda, intensa y muy morbosa. La saca totalmente cubierta de saliva. Escupe en mi polla y vuelve a tragar. Masajea mis huevos con sus manos. Pellizca mis pezones. Se da cuenta de lo mucho que me pone y los retuerce. Miro su cara. Tardaré en olvidar la imagen de sus carnosos labios trabajando mi polla. Cambiamos de postura y soy yo el que da placer. Me tumbo boca arriba y ella me la enchufa, poniendo sus rodillas a ambos lados de mi cara. La saca y se masturba a escasos centímetros de mi rostro. La imagen de su cuerpo desde abajo es preciosa. Me encantan sus tetas. Pellizco sus pezones y doy lametazos a sus pelotas. “Así, cómete mis huevos”… escucho. Lo hago. Ensalivo mis dedos y juego con su rajita. Veo que le gusta y le meto mi dedo índice. Su culito está cerradito, pero va cediendo. Cambio al dedo medio y le follo el culito metiéndolo hasta el fondo. Viviany delira. Su profunda respiración indica que su orgasmo es inminente. Apunta con su polla a mi cara y yo abro la boca. Corridón bien calentito en mi lengua. Más espasmos y más lechita para mí. Viviany se queda quieta, recuperándose del orgasmo. Mantiene su polla en su mano. Llevo su fresón a mis labios y exprimo hasta la última gota. En nuestro estreno, Viviany se corrió en mi polla y me quedé con ganas de saborear su lechita. Buena descarga, de consistencia densa y sabor delicioso.

Nos damos un descanso. Conversamos un rato y volvemos a animarnos. Tocamientos, sexo oral mutuo y mucha pasión. Me da instrucciones. “Descapulla y cómeme la cabeza”… escucho. Lo hago. Chupo mis dedos y busco sus pezones. Acaricio dando vueltas con mis yemas. Los pellizco. Su polla crece. Me tumba boca abajo y vuelve a follarme el culo. Pido caña y me la da. Susurros, besos en mi cuello, respiración profunda y potente taladreo. Sale de mí y acomoda su espalda en el cabecero de la cama. Chupo sus pezones y bajo a su herramienta. Manoseo sus tetas y paso mi lengua por su rajita. Me como sus pelotas. Viviany se pajea con frenesí. Me concentro en sus pezones. “¿Me darás más lechita?”… pregunto. “Pues claro”… responde ella. Estimulo sus pechos y lamo su culito mientras ella sigue masturbándose. Sus gemidos suben de intensidad y levanto mi mirada. Acerco mi boca a su polla y llegan sus convulsiones. Esta vez, la envuelvo con mis labios y siento el calor de su descarga al entrar en mi boca. Viviany tiembla de placer. Saboreo y trago sus ricos fluídos. Otra vez. “Así, límpiala bien”… dice una vez ya no convulsiona. “Aquí hay más lechita”… dice señalando a la base de su miembro. La recojo con mis dedos y la llevo a mi boca. Deliciosa.

Viviany se relaja unos instantes. Está exhausta. Pero quiere mi placer. “Ponte cómodo y relájate”... escucho. Pongo unos cojines en mi espalda y me apoyo en el cabecero de la cama. Se incorpora y empieza el espectáculo de su mamada. Todo pasión. Juega con mis pezones. Pellizca uno. Pellizca el otro. Saca mi polla recubierta en saliva y hace una pequeña pausa. Vuelve a comérsela, pajeando y acariciando mis pelotas al mismo tiempo. Las mete en su boca y su pajeo se vuelve más intenso. Busca mis pezones. Los castiga. Vuelve a mamar con pasión. Pajea con una mano y acaricia mi culo con la otra. Introduce un dedo en mi culo y masturba a toda velocidad. Vislumbro mi orgasmo. Mis jadeos suben de intensidad. Sin embargo, me acerco al final poco a poco. Viviany agita con fuerza mi polla y me folla el culo con sus dedos. Exploto en un orgasmo largo e intenso. Viviany no suelta mi polla. Me encanta la imagen de su mano impregnada en mi leche. Sonrío de placer. Coge papel y me limpia.

Tras varias horas de intenso sexo, quedamos rendidos en la cama. Nos abrazamos y comentamos cómo ha ido la cosa. La noche se ha escapado y Viviany me dice que me relaje. Nos tapamos y descansamos. Abrazado a ella y escuchando su respiración, me duermo. Ella hace lo mismo. Tras descansar un rato, le digo que me voy. Agradezco su hospitalidad pero no quiero abusar de ella. Me visto, paso por el baño y Viviany me acompaña hasta el vestíbulo. Nos despedimos con un último beso, sabiendo que volveremos a vernos.


Publicado el September 04, 2017 at 12:00 am

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